Vivir el presente, realmente ha sido uno de mis mayores desafíos.

De ser alguien que prácticamente vivía en su propio mundo, sumergido en sus pensamientos. Llegando a ser un fiel pasajero de mi propia “máquina del tiempo”, que sin consultarme me llevaba arrastre a revivir los buenos y malos momentos de mi vida y a inventar historias futuras que no hacían más que aferrarme a ilusiones y miedos.

De un tiempo para acá, me decidí a observar mi presente con más lujos de detalles… Para mi sorpresa: ¡Mi estado de ánimo cambio radicalmente!

Comencé a ser una persona más decidida, ya no ando postergando innecesariamente mis planes y proyectos. Me he convertido, en alguien más de acciones y menos palabras (ya no uso twitter! xD). Estoy más pendiente de las personas que me rodean: sonriendo, saludando y compartiendo mis conocimientos, experiencias y cosas materiales con más facilidad.

De ser alguien, que prácticamente está a meses de graduarse de una carrera en la universidad. Me sentía frustrado y por ende apático. Ahora, hasta mis compañeros se encuentran sorprendidos de lo productivo que estoy. Me inscribí en un curso de inglés, troto con más frecuencia, me siento súper inspirado en un proyecto creativo (un cortometraje) que se me presento y lo mejor de todo: DISFRUTO TODO LO QUE HAGO Y EL TIEMPO ME RINDE!

Soy una prueba viviente, de que la felicidad no es una condición… es una disposición!

Este post fue escrito por Mr. Turo.