La sangha es la tercer joya del Budismo.

La primera es Buda, la segunda las enseñanzas de Buda y la tercera es la Sangha o la comunidad que practica el budismo.

Desde que empecé en este camino de aprender la filosofía del hombre del chongo como le dice Búfalo Juan, lo he hecho sin Sangha. No porque no quiera, no porque yo tenga un carácter horrible (espero que tantos años de trabajar en mi haya limado mis esquinas 😉 ), simplemente porque así se han dado las cosas.

Al principio porque no sabía de la Sangha. Empecé este camino de forma menos que silvestre.

Después, noté que las comunidades budistas establecidas en mi ciudad eran incluyentes pero siempre había esta gran barrera invisible -que por lo menos yo sentía- en la que nunca terminábamos siendo realmente PARTE de la comunidad, sino más bien seríamos tratados como eternos aprendices, es decir nunca seríamos comunidad, sino maestros-alumnos.

Y ser un eterno aprendiz no tiene nada de malo. Lo soy y lo seguiré siendo toda la vida. Pero es relación alumno-maestro nunca me ha hecho sentir en comunidad. Me hace sentir en clase, pero no como parte de una comunidad.

Más porque los compañeros con los que podría generarse esa comunidad de iguales nunca hacían click entre ellos/nosotros. Cuando se terminaban las clases o meditaciones cada quien a su onda y sale bye.

Por eso cuando iniciamos Dharma para la Ciudad hace ya 10 años más o menos me emocioné. ¡Mi sangha!!!

A pesar de que todos me llevan varios años de ventaja en esto, creí que por fin, tendría mi tercer joya. Lamentablemente no fue así y además el proyecto quedó dormido por muchos años 🙁

¿Las razones? :

La vida, el que todos estábamos muy ocupados en cosas mundanas como “perseguir la chuleta” y ver como íbamos a pagar las cuentas, falta de comunicación o el hecho de que los otros tres miembros de DpC ya tenían sus respectivas Sanghas y no les hacía falta otra más.

El caso es que me quedé de nuevo con solo dos patas del tripié y aunque me agüité (como decimos en México, me entristeció), continué con mi camino.

¿Y qué te quiero decir con este post?

Que practicar budismo sin Sangha es posible.

Hacerlo sin ella es muy solitario.

Hacerlo sin ella es más tardado y no tienes la visión complementaria y apoyo que te pueden dar tus compañeros.

Pero es posible.

Así que si no encuentras un lugar donde ‘encajes”, que eso no te desanime a estudiar y practicar.

Las otras dos joyas lo valen 🙂