Heavy Metta

6 de marzo de 2012
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¿Quién dijo que los Budistas debemos ser todos tranquilos, pausados, buenitos y caminar con pasito de santidad?

Algunos de mis amigos aún se sorprenden al saber que desde hace años practico el Budismo, sobre todo porque no tengo ‘pinta’ de Budista, algo que me parece muy gracioso.

No sabía que se necesitaba usar el uniforme reglamentario para para poner en práctica las enseñanzas del Buda. 😉

Cuando les he preguntado como es que debería verse un Budista, las respuestas son de lo más variado.

Las más comunes son: ”Es que no eres vegetariano…” ”¿Y cuando te vas a rapar la cabeza?” ”Es que no te vistes de blanco” ( a esta en particular me he tenido que contener mucho para no responder “esos son los asotéricos.”) ”¿Y me puedes abrir el tercer ojo y hacerme una limpia con cuarzos?” (sin comentarios porque me censuran el blog.) 😛

Con todo la que hasta ahora se ha llevado las palmas fue un piadoso Budista twittero (cuyo nick permanecerá anónimo) que me reclamó a mi y a un buen grupo de otros twitteros Budistas el hacernos llamar la “Headbanger’s Sangha”, por compartir el gusto por el Heavy Metal.

Casi dan ganas de contestarles; «¿Y el vacío, apá?»

Cuando comenzamos a darle importancia a vernos, hablar o actuar de determinada manera para que los demás se den cuenta de que ahora somos BUDISTAS es el momento en que, como diría el buen Lama Ole, la hemos cagado.

Un buen consejo, si de pronto empiezas a sentirte muy especial y a tratar de que todos lo noten adoptando una actitud «espiritual» o «budista»… respira profundamente, cuenta hasta diez y aliviaaaaanate.

Y para que vean que el hábito no hace al monje y que se puede ser budista con chamarra de cuero y mohawk, aquí les dejo el trailer de una excelente película que cuenta la historia de un tibetano cuya vida fue salvada por el heavy metal.

Journey of a Dream — el viaje de Shenpenn Khymsar desde el exilio hasta el metal.

¡Esto es Heavy Metta de verdad!

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Cometarios a "Heavy Metta"

  1. a mi me ha pasado cosas similares, algunos conocidos se sorprenden cuando me molesto, cuando me enojo, o cuando se enteras que me fui de fiesta, pero trato de no darle mucha importancia, aunque ellos mismo me ayudan a darme cuenta de algunas cosas

  2. Bueno, bueno, bueno, en última instancia lo más grave no es que los demás tengan la expectativa de que siempre seamos pacientes, tolerantes, buena vibra y sonrientes. El problema surge cuando nosotros mismos nos esforzamos por representar ese papel de «santo levitante», al final, eso nos hace perder el sentido de la práctica y aunque seamos capaces de recitar mantras ante las multitudes, vivir en ese estado de «santidad» es en realidad una negaciòn que nos impide avanzar en el comprendimiento del dharma.

    gran post, como siempre un gusto leerlos 🙂

  3. Me acordé cuando empecé a andar con mi novia y me decía que como yo era budista no podía enojarme, ni llorar… Ahora ya entendió que un budista hasta puede llegar a encabronarse feo, pero no se queda ahí, no lo marca, y va para lo mismo con la felicidad, si bien el budismo te da «»paz»» no tiene porque hacerte un ser «»bondadoso y buena onda»» per se <- ojo con las dobles comillas =D