Cómo conservar el sentido del humor

31 de mayo de 2012
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Las caras largas, la no sonrisa y el tomar la vida demasiado en serio son síntomas una enfermedad crónica que nos azota diariamente y evita que aprovechemos la vida al máximo. Existen condiciones que hacen que las personas sufran todo el tiempo, como la depresión, la furia incontrolable, la agresión y el mal humor. Y es que toda esa gente

Las caras largas, la no sonrisa y el tomar la vida demasiado en serio son síntomas una enfermedad crónica que nos azota diariamente y evita que aprovechemos la vida al máximo. Existen condiciones que hacen que las personas sufran todo el tiempo, como la depresión, la furia incontrolable, la agresión y el mal humor.

Y es que toda esa gente con cara plana y cejas gruñonas tienen razón. Sus problemas son tan profundos y tan enormes que nada los puede salvar. El mundo apesta y además en 2012 la Tierra va a explotar. O nos invadirán extraterrestres. O Godzilla atacará. O habrá una mega crisis financiera que hará que todos regresemos a usar taparrabos y vivamos en cavernas. Ah, no. Ya sé. Regresarán los mayas en una nave espacial a colonizarnos.

Si Tundarr el bárbaro tenía razón, la luna será destruida por el impacto de un asteroide, haciendo que en la Tierra caminen criaturas mágicas y todos nos veamos como Conan el bárbaro. No estaría mal porque yo necesito un poco de músculo.

Antes de seguir, voy a hacer un pequeño experimento mental con ustedes.

No se preocupen, no es nada serio y tampoco obtendré los números de sus cuentas de banco. Tampoco el password al sitio de adultos que tanto les gusta.

Es simplemente un ejercicio de memoria. Recuerden la última vez que caminaron en la calle. Quizá fue ayer o hace un rato, camino a la oficina. Pongan su atención en la gente que los rodeaba y respondan esta pregunta:

¿Cuántos de ellos se veían contentos, incluidos ustedes?

¿Uno o dos? ¿Ninguno? Yo sé cómo funciona porque por años me tuve que transportar en el metro de la Ciudad de México y la amargura es tan constante como el color naranja de los vagones.

Todo mundo está tan preocupado en su mundo, con sus problemas, con su sufrimiento, que olvidan que sonreír de vez en cuando es un tónico maravilloso para la buena salud.

Después de todo este rollo de introducción, les presento un juego de 5 pensamientos que me han ayudado a conservar el sentido del humor, aun en las situaciones más duras que he vivido.

1. Nada es tan urgente/importante como lo pintan
Alguna vez trabajé para una mujer que, desde el primer contacto por teléfono, gritaba «me URGE un diseñador». Con el paso de los meses me di cuenta de que absolutamente todo le urgía. Repetía esa palabra tantas veces que luego me di cuenta que era más una muletilla que una condición de su realidad.

No niego que hay ocasiones en las que hay que trabajar o pensar de manera rápida. Hay veces que debemos tomar decisiones que afectarán nuestra vida como la conocemos. Sí. Existen situaciones que se deben tomar con seriedad y que hasta miedo nos dan. Pero eso no significa que debamos pensar que después de ahí, la vida TIENE que ser seria hasta el infinito.

Esto viene a la mente porque nada de lo que sea importante lo es. Nada que urja, urge de verdad.

Siempre que nos enganchamos en la prisa y en la urgencia de alguien más, tomamos decisiones poco brillantes y aumentamos el margen de error.

Sin importar el calibre del problema que esté encima, tómate tu tiempo. Haz una pausa de unos minutos para pensar tu curso de acción.

Esta actitud es liberante y te permite trabajar agusto, contento.

2. Haz bromas, disfruta las bromas
No siempre estamos de humor para aguantar chistesitos. Lo sé muy bien. Pero piensa que la seriedad es un hueso que hay que roer. Nos lo dan desde que nos despertamos, lo seguimos masticando a lo largo del día y lo guardamos para dormir.

Tener ese hueso en la boca nos estorba para comunicarnos y, peor aun, para sonreír.

Lo que yo creo es que debemos ser serios pero no hasta el punto en el que nuestra felicidad dependa de ello.

Si alguien te cuenta un chiste, relájate y disfrútalo. Es una pausa muy bienvenida en días de intenso trabajo.

Y también, si tienes una anécdota o algo gracioso qué decir (sin ofender, claro), no tengas miedo y sólo dilo. Estoy seguro que causarás alguna sonrisa. Aunque sea de «pobrecito, qué malos chistes cuenta».

3. Usa el humor negro
En las noticias de ayer leí que 25 jóvenes de no-sé-dónde, tuvieron un accidente al caer un puente. Esto sucedió mientras los muchachos estaban haciendo un ritual para alejar la mala suerte de sus vidas.

JAJAJAJA Lo siento, pero me sigue dando risa la ironía. Y que conste que no me río de la desventura de estos pequeños hechiceros, pero la situación es tan tonta que me parece graciosa.

Yo sé que me veo como muy desalmado por reirme, pero el humor negro hace que las situaciones duras y tristes sean más comprensibles y fáciles de digerir.

Si puedes burlarte de la muerte, de la crisis, de tu madre (institución intocable en América Latina) y de todo lo que te rodea, haces la vida mucho más placentera.

4. No te aferres
Este es un consejo recurrente en el Choco Buda. Aferrarse, apegarse a las cosas-personas-situaciones impacta directamente en nuestro sufrimiento.

Entre más le sufrimos, menos oportunidades tenemos de ser felices y de conservar el buen humor.

Para lograr esto, siempre hay que estar conscientes de lo que somos y tenemos.

¿Nos va mal en el trabajo? Al menos hay trabajo. Si no nos gustan las reglas de ese lugar en específico, nada nos retiene por la fuerza. Siempre hay opciones en otras partes.

¿Nos botó nuestra pareja? Quizá eso es bueno. Luego de que terminamos la etapa de luto, sigue la liberación.

¿La casa necesita pintura? ¡Qué suertudos somos! ¡Tenemos casa, un techo para vivir!

¿No hay dinero que alcance para una consola de videojuegos? Los libros son más baratos y hasta podemos aprender algo. En lo personal creo que jugar siempre es necesario, así que, ¿qué tal un poco de Dungeons & Dragons?

El punto de todo esto es que entre más nos aferramos a lo que deseamos o lo que odiamos, más sufrimiento llega a nosotros.

5. Toma perspectiva
En situaciones de dolor o sufrimiento siempre pensamos que nuestra desventura es la peor calamidad de la historia. Y en realidad no lo es.

El sufrimiento es parte de la vida. Nacer, crecer, evejecer y morir, todo duele. Cuando esto es comprendido de verdad, podemos aprovechar la vida y ver todo con humor.

Mientras estamos instalados en el «no me alcanza para un auto nuevo», hay personas en la misma ciudad que no pueden caminar o necesitan ayuda de un aparato para respirar.

Eso significa tener perspectiva. Nuestros problemas, por más fuertes que sean, tienen solución.

Con todo esto y sabiendo que la vida es muy corta, ¿porqué no mejor nos la pasamos bien, sonreímos y bromeamos?

Al cabo que el mundo se acaba en 2012. Tenemos menos de dos años para estar contentos.

—-

Nota choco budista: El entender que en la vida hay sufrimiento, que el apego nos daña y que podemos estar bien a pesar de todo esto, significa comprender la Primera y Segunda Nobles Verdades. Estas hablan de que la vida incluye el sufrimiento y que la razón del sufrimiento emocional, es el apego.

Aceptar la vida como es, sin clavarse y entender la realidad sin prejuicios, obedece al principio de Aceptación.

Reir todo el tiempo, pasarla bien y buscar siempre la manera de ser amable, obedece al sentido común!!!

Si leíste hasta acá, no necesitas lentes. Si crees que todo esto tiene sentido, da una maroma en la oficina. También puedes iniciar una guerra de aviones de papel en la oficina.

Post patrocinado por Alegrías, las palanquetas de amaranto que comen los chicos modernos.

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Cometarios a "Cómo conservar el sentido del humor"

  1. Excelente material para compartir, me gusto mucho la parte de las decisiones poco brillantes y aumentar el margen de error, creo q es una buena frase q tendré q compartir con mi supervisor la próxima vez q ponga en peligro mi vida conduciendo a 180km por su urgencia de llegar a una junta ; )

  2. 😀 y pensar que, a mi me costo mi ultimo empleo «por relajiento»…. sea pues, a reir también de ello, que no?