Para nada soy un erudito de cine ni de cómo funciona nuestro cerebro pero la película Limitless (Sin Límites) me ecantó y me voló la cabeza. Así que hoy hablaré de esa película. 😀

¿Y eso que tiene que ver con nuestro site?

Ahí les va… Sin revelar mucho de la trama, dentro de la película hay una droga, que estimula el cerebro de manera que uno es capaz de acceder a todos los recuerdos y conocimiento almacenados en el cerebro, sin distinciones de tiempo, carga emocional, categoría o la manera en que se obtuvo, sumado a esto, se da una percepción limpia y enfocada de todo lo que está sucediendo en el aquí y el ahora, también como efecto de la droga en cuestión. Y eso detona en una serie de sucesos interensantísimos en la vida del protagonista.

Cuando vi la película me recordó durísimo a mi experiencia personal con el Dharma.

Desde que empecé a poner en práctica el Dharma, poco a poco, el efecto en mí fue muy similar al de la droga de la película, sin los efectos secundarios :).

Cada vez estoy más presente aquí y ahora, veo detalles que no veía, percibo cosas que antes ni siquiera sabía que existían y soy capaz de concentrarme  y hacer mejor que antes, cualquier actividad que elija.

Tengo más «espacio» libre en mi cabeza y me siento más lleno de energía.

Todo esto se debe, no a que el Dharma sea magia, sino a que aplicando las herramientas adecuadas logré dejar de vivir en el pasado y en el futuro (ojo, puedo planear y recordar, pero eso no me sustrae del presente) deje de concentrarme en enojarme y sostener mi enojo, dejé de usar recursos mentales para sostener el miedo o el odio, dejé de usar mi mente para crearme jaulas y empecé a crear caminos…si me lo permiten…dejé de ocupar mis recursos mentales, físicos y energéticos en pendejadas inútiles como el ego, el enojo, el miedo, la inseguridad, la mentira y un laaargo etc.

Si, así, por raro, trillado o mamila que suene, dejé de ser un mentecato iracundo y ególatra para ser un tipo sereno, feliz, que sabe manejar la semilla de su enojo, y disfruta la vida viéndola  y viviendola como es y otra vez un laargo etc que se puede resumir en que me siento miles de veces mejor que antes.

¿Y cuáles son las herramientas que encontré en el Dharma y que me sirvieron tanto?

Atención consciente en todo momento a lo que siento, pienso, digo y hago…sin volverme un robot acartonado.

Una visión analítica y lo más neutral posible de mis patrones mentales y emociones, los útiles y los inútiles.

La concentración suficiente para poder respirar antes de hacer o decir cosas que me dañen y dañen a otros, y la posibilidad de re-enfocar esa energía.

La posibilidad de generar los pensamientos que me sirven y no sostener los que no me sirven.

La posibilidad de decir sólo palabras e ideas que me enriquecen o enriquecen a otros, o a ambos. (aunque obvio, no siempre lo hago así y todavía digo algunas tonterías)

La posibilidad de elegir mis actos para que me sean mucho más benéficos a mí y los que están a mi alrededor.

La posibilidad de elegir la emoción que quiero vivir con respecto a tal o cual cosa, o de enfocar de manera constructiva las emociones que me pueden rebasar.

Eso es en gran parte lo que he encontrado en el Dharma, no encontré a Dios, ni un premio, ni una religión, encontré un camino, que siguiendo el consejo del Sr. del Chongo ( el Buda) lo puse a prueba antes de «creer» que funcionaba…y ¡Madres!…Resultó que sí.

En conclusión, no me crean que la película esta chida, echénle un ojo, es del 2011 así que no será muy difícil de conseguir. Y sobre el Dharma, ¡menos me crean! si por alguna razón les suena interesante o les da curiosidad, aprendan las herramientas y póngalas a prueba …chance les funciona hasta mejor que a mí.

KidBuda

Medita y Desafía.