Porqué simplificar tu vida
Quiero pedirte que hagas una pausa, que pares por un momento el frenético ritmo de tu vida cotidiana y te te hagas a ti mismo una pregunta, ¿es así como quisieras vivir el resto de tu vida?
Aún si no puedes responderla, si el mero hecho de pensar en ello te deja un saloncito amargo de insatisfacción tal vez sea el momento de hacer algunos cambios.
¿Cambiar? ¿Porqué?
La mayoría de la gente cree que las personas realmente eficientes y productivas son las que se ven más ocupadas, pero déjame compartirte un pequeño secreto, esto es la mayor mentira que existe.
Lo cierto es que las personas realmente eficientes y productivas son aquellas que pueden terminar el trabajo a tiempo y sin tener que recurrir al café cargado y la adrenalina, y la única manera de lograr algo asi es simplificando nuestra vida.
¿Simplificando? Pero si tienes tantas responsabilidades que…
Ese es precisamente nuestro problema, tenemos demasiado de todo; responsabilidades, posesiones, proyectos, compromisos, etc. Llenamos todos los rincones de nuestra vida al punto de quedarnos sin espacio para nosotros mismos.
Lo peor es que la mayoría de estas cosas no nos son necesarias, y muchas de ellas ni siquiera las adquirimos voluntaria o conscientemente. El jefe o nuestros compañeros de trabajo nos piden algo y nos da pena o miedo decirles que no; vemos algo en oferta al dos por uno y sentimos que no podemos perder una oportunidad así; nuestro vecino estrena carro, casa, tele, etc, y no podemos quedarnos atrás; la tía Juanita nos ofrece el perrito rosa de porcelana que heredó de la bisabuela y no queremos herir sus sentimientos… ¿Ves a lo que me refiero?
Pero cambiar eso no es tan fácil…
Nadie dijo que lo fuera, aunque a decir verdad es tan fácil que se vuelve extremadamente difícil. Lo único que necesitas es aprender a decir una sola palabra de apenas dos letras…
NO
¿Y porqué es tan difícil? Porque para poder decir no con plena convicción y sin dudas o remordimientos primero tenemos que hacernos totalmente conscientes de nuestras capacidades y limitaciones, algo que no nos agrada mucho porque nos obliga a vernos tal y como somos y no como nos gustaría ser o, peor aún, como queremos que los demás nos vean.
¿Y qué pasa si no puedes o quieres decir no?
Bueno, eso depende.
En el primer caso tendrías que preguntarte con toda honestidad, ¿porqué crees que no puedes decir no? A veces puedes tener una razón muy válida, por ejemplo cuando tu vida depende de ello o si al hacerlo podrías realmente provocarle daño a alguien. Pero si eres realmente honesto contigo mismo te darás cuenta de que estos casos son en realidad los menos, la mayor parte del tiempo solo nos convencemos a nosotros mismos de que no nos queda alternativa.
En el segundo caso, también sería bueno que te preguntaras el porqué no deseas decir que no. Tal vez el proyecto te entusiasma, o de verdad deseas lo que te ofrecen. Si es así, tan solo tienes que hacerte responsable de tu decisión y aceptar sus consecuencias. Pero aquí viene la parte difícil del asunto, a veces también tienes que aprender a decirte No a ti mismo.
Tu tiempo y espacio son recursos limitados, y para que algo nuevo entre lo más seguro es que otra cosa tenga que salir. Si hablamos de objetos seguramente solo tendrás que decidir que tienes que tirar o regalar para hacerle espacio a tu nueva adquisición, pero si es a lo que nos referimos es a tu tiempo, entonces tendrás que decidir qué estas dispuesto a dejar de hacer para poder cumplir con tu nuevo compromiso. Tendrás que renunciar a horas de sueño, dejar de leer, no salir de paseo o fiesta, dejar de convivir con tu familia o amigos, no ir al gimnasio… tu eliges.
Steve Jobs, fundador de Apple, entre otras muchas frases memorables dijo lo siguiente:
Cada mañana me veo en el espejo y me pregunto: «Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?» Si la respuesta es no durante muchos días seguidos sé que es momento de hacer un cambio en mi vida.
Steve Jobs
¿Cual crees que sería tu respuesta si te hicieras la misma pregunta cada mañana?
Diablos!
recuerdo alguna época en mi vida en que hacía cosas que odiaba pero que según yo eran necesarias para lograr algo mejor, ¡falso! simplemente no me atrevía. De un tiempo para acá he tratado de hacer los cambios necesarios para lograr el balance entre lo que quiero y lo que debo hacer, no ha sido fácil, pero el dharma ha sido justamente la herramienta que he usado para lograrlo 😀
Author
En efecto, Herlindo.
Esa vocecita siempre está ahí.
La mala noticia es que estamos tan poco acostumbrados a tomar plena responsabilidad por nuestros actos y decisiones que preferimos dejarnos llevar por los estímulos y demandas externas.
La buena (aunque algunos se preguntarían que tan buena) es que, una vez que comienzas a escucharla, te cuesta mucho trabajo dejar de hacerlo.
Se vuelve un poco como los coros de las tragedias griegas, siempre presente en el fondo, susurrando o gritándote al oído las verdaderas razones de lo que piensas, dices y haces. 😉
Un abrazo.
Caray, precisamente de eso hoy hable con mi maestro y más que maestro amigo, después de practicar y de correr , nos reunimos de nuevo para estirar y comentar que tal nos fue con las piernas después de los kilómetros recorridos, yo le comentaba que últimamente me daba miedo el hecho de correr una distancia mayor es decir unos 10 o 15 kilómetros mismos que he corrido muchas veces y le decía que me daba cuenta que tenía miedo , que me sentía algo así como no preparado, entonces el me comento una enseñanza que tenia que ver con el yoga, palabras de el: “una enseñanza muy padre”, pues tenía que ver con el maestro interior, ese maestro al cual nos hacemos consientes cuando solo estamos dispuestos a escucharlo, el que nos puede decir “NO”, “Si”, “esfuérzate un poco mas”, “no des el 101 solo da el 100 por ciento, pero efectivo”.
Solo puedo repetirles que su blog esta requeté arto bueno.
NAMASTE.
Author
Gracias Aurora, esperamos verte por aquí muy seguido. 😉
Hola:
su sitio es lo que estaba esperando,
los felicito y seré su seguidora y lectora fiel.
att. Aurora