Pequeños placeres cotidianos
Una aromática taza de té en una fría noche de invierno.
El olor a tierra mojada después de la lluvia.
El ronroneo silencioso de un gato sobre mis rodillas.
Una sonrisa en el rostro de quien amo.
Shots de bourbon finamente añejado con un amigo especial.
La canción que todavía me hace bailar, incluso después de escucharla mil veces.
Una carrera matutina bajo las estrellas.
Viejos libros con las cubiertas maltratadas por el uso, que me sé de memoria pero que aún sigo leyendo de vez en cuando.
Mensajes de texto aleatorios de un amigo lejano que, a pesar de la distancia, está cerca de mi corazón.
Tener los medios para decir «a la mierda» y quemar puentes sin mirar atrás.
Enfrentar mis miedos para saltar a lo desconocido, riendo.
Poder sentarme en silencio, solo para disfrutar estar conmigo mismo.
La cálida sensación del sol de la mañana en mi cara.
El abrazo fresco de la brisa de la tarde.
Ser lo suficientemente joven para soñar, independientemente de mi edad.
El humilde acto de simplemente respirar.
Felicidades buenísimo.
Author
Gracias