Muchas Sanghas
Ayer leí el post de mi querida So sobre practicar sin una Sangha y me gustó mucho.
Después de unas horas de haberlo leído, se me ocurrió también compartir mi experiencia con esto de tener una Sangha y practicar con o sin ella.
Rápidamente ¿Qué es una Sangha?
La Sangha es la comunidad budista con la que uno practica, las y los compañeros en el camino.
Es considerada un pilar de la práctica budista, aunque hay tradiciones que hablan de los «yoguis de cueva» que prácticamente no necesitan una Sangha formal. Que yo creo que sería el caso de So y el mío, si no es que también el caso de Kamikazen. 🙂
La escuela Karma Kagyu de budismo tibetano, tiene una idea muy interesante sobre la Sangha: para ellos, la Sangha incluye a todos los Budas y Bodhisatvas que han existido. Ellos también son parte de la pandilla, aunque no tengan un cuerpo físico que podamos ver.
Muy bien, ahora mi caso, en mis primeros dos años de practicar budismo, me di cuenta de que asistir regularmente a una Sangha iba a ser muy complicado por mi horario de trabajo.
Así que decidí que mi Sangha iban a ser todas y todos los practicantes budistas que me fuera encontrando a lo largo del camino.
Con esa idea en mente, algunos sábados fui a charlas y clases con las monjitas de la nueva tradición Kadampa, a veces me escapaba entre semana a meditar con mis compas del Budismo Camino del Diamante, otras tantas me conectaba a las sesiones de zazen online de nuestro querido Chocobuda.
En otros momentos me he conectado a escuchar las charlas de Noah Levine de los Dharma Punx, he podido coincidir con Lama Tony Karam, de Casa Tibet, en tres cursos presenciales de fin de semana y más recientemente, intento ir por lo menos 2 martes al mes a meditar y charlar con la comunidad Dhammapada, aunque el trabajo y las obligaciones de papá, no siempre me lo permiten.
En todas estas mini aventuras de Dharma, he conocido un montón de maestros y practicantes, con varios de ellos sigo en contacto hoy en día y puedo ir a cualquiera de sus lugares de reunión a practicar con ellos, lo cual, para mí, es una súper bendición.
Entonces, hoy, 30 años después de haber empezado, tengo una Sangha muy grande y muy diversa, con practicantes alrededor de todo el mundo, con muchas visiones del Budadharma, todas muy ricas e interesantes y a la vez, mi práctica diaria, formal, es conmigo mismo.
Así que, como bien dijo mi querida So, practicar budismo sin Sangha es posible, a lo cual yo añadiría que puedes hacerte de tu propia Sangha si así lo deseas, como le hice yo.
Creo que ambas opciones son tan válidas como el querer pertenecer a una sola Sangha formal.
Gracias por leer.
Juan.