Las cuatro medicinas para la desilusión
No esperes nada, pero prepárate para todo.
Adagio samurai.
Tener el corazón roto debido a la desilusión es una de las experiencias más duras de la vida.
Desde niños se nos educa para que siempre esperemos algo bueno de la vida. Como por ejemplo ese día donde esperabas con toda la emoción del mundo que llegara el fin de semana porque te habían dicho que te llevarían al parque. Al final tus papás se percataban que tenían que ir a ver a alguien o simplemente estaban cansados y cancelaban el fin de semana. El resultado era un día aburrido, frustrante y muy poco inspirador. En suma, te provocaba desilusión.
Piensa también en la adolescencia, que es cuando más sufrimos. ¿Cuántas veces no esperabas que tus amigos te invitaran a una fiesta? ¿O que te dieran permiso para ir a una excursión de la escuela? ¿Qué tal la cita que querías con esa persona que te gustaba y que te dijo que no? Todo esto te llevó, irrevocablemente, a sufrir.
Casi todo el sufrimiento mental y emocional del hombre está dado en torno a los apegos. En el caso de la desilusión, esta se da cuando no obtenemos el resultado que nuestra imaginación fabricó.
Nuestra mente es una línea de producción de ideas que hace su trabajo muy bien. Entre muchas otras funciones, tiene como objetivo construir imaginaciones del futuro, realidades que «podrían pasar» si se cumplen requisitos ideales.
Es como cuando compras un boleto de lotería (admítelo, alguna vez haz comprado un Melate o un cachito). Cuando guardas este pedazo de papel en la cartera o bolsa, de inmediato tu mente comienza a crear un futuro alterno:
«Si me gano el premio voy a viajar por todas partes sin preocuparme. Pero antes voy a comprarle una casa a mi mamá y a mis hermanos. Pero necesitarán espacio para sus autos, que tienen que ser Audi al menos… »
Esta idea de lo que está por venir, como todas las que creamos, es muy atractiva, nos seduce. Y casi siempre nos aferramos a estos sueños de humo y terminamos desilusionados.
Este sufrimiento se da porque nos aferramos a la idea de lo que puede ser. Esperamos demasiado de la vida en un claro movimiento de egoísmo: queremos que el universo funcione para satisfacer nuestras necesidades.
Pero el universo está muy ocupado siendo él mismo. 🙂
Como mencioné al principio, la desilusión es parte de la vida y siempre nos va a acompañar porque siempre vamos a crear futuros ideales en nuestra mente. Entonces, ¿qué hacer para reducir los daños y salir lo menos raspado posible?
- Controla la fantasía. El conocer a una persona que nos gusta no va a hacer que se enamore de nosotros de forma instantánea. No nos vamos a sacar el Melate y no, no vamos a bajar de peso con el método de la revista. Estar conscientes de cuando la mente fabrica realidades alternas en situaciones que no controlas, es la mejor herramienta.
- Sé generoso. La desilusión viene porque el universo no nos da lo que queremos en el momento preciso. Ser generoso siempre ayuda porque en lugar de querer todo hacia nosotros, damos un poco a alguien. Puedes dar tiempo, trabajo, escuchar a alguien… no tiene que ser monetario. Al final de cuentas, una persona generosa siempre está rodeada de cosas buenas.
- Erradica las expectativas. La gente, el clima, el tráfico y todo el universo no están para servir a tus propósitos personales. Sé como los samurai: No esperes nada, pero prepárate para todo.
- Si las cosas no salen como las imaginaste, no te aferres. Si no pudiste evitar que la imaginación creara una fantasía, recuerda que nadie mas que tú la inventó. Cuando las cosas no salen como esperas, siempre ayuda no aferrarse a la fantasía de «lo que pudo ser».
Estas cuatro medicinas me han funcionado, pero estoy seguro de que no son las únicas. ¿Sabes de alguna otra que pudiera funcionar?
Estoy en el proceso del desapego de lo material y de las personas, cuesta trabajo pero lo estoy logrando.
Qué difícil esperar mucho más de las personas y darte cuenta que solo fueron falsas expectativas, duele pero aprendes.
Excelente como escribes.
Saludos.
pienso que mas que «controlar» la fantasía (eso es apego), estar concientesde cuando nos enganchamos en la mentey saber regresar gentilmente al silencio
A mi me cuesta mucho el desapego de las cosas materiales aunque trato mucho de practicar el minimalismo.
También espero mucho de las personas y vivo llena de ilusiones y obviamente me defraudo mucho y termino sufriendo, gracias por este post que me ayuda a darme cuenta que existen herramientas sencillas y prácticas para lograrlo. Lo pondré en práctica.
Excelente, Morex, me gusta requete harto como escribes.
Entender la impermanencia también puede ayudar, incluso aunque logres lo que quieres, terminará por irse.
A veces cuando se termina la suerte y tu posesión más valiosa desaparece es cuando estás verdaderamente listo para trabajar por algo mejor.
Saludos, felicidades por este nuevo sitio 🙂
Author
Gracias! 🙂
Excelente 🙂