Quisiera hacerte una pregunta, pero antes debo pedirte que no pienses tu respuesta, tan solo observa lo que pasa en tu mente al leerla.

¿En donde estás en este momento?

No, la respuesta correcta no es la que crees, sino la que primero surgió en tu mente.

Si en verdad estabas observándote, lo más probable es que te hayas sorprendido a ti mismo en medio de un recuerdo del pasado o perdido en sueños del futuro… es decir, en cualquier lado excepto aquí y ahora.

La buena noticia es que no eres el único, todos te acompañamos en el mismo barco.

La mala es que nunca aplicó mejor aquel viejo adagio acerca del mal de muchos que no es mas que consuelo de tontos.

La mayor parte de nuestra vida la pasamos añorando/avergonzados del pasado o esperanzados/temerosos del futuro.

Parecería que nos da tanto miedo enfrentar el aquí y el ahora que necesitamos escapar a como de lugar, olvidando que el futuro aún no existe y el pasado ya se fue, lo único que realmente cuenta es este momento.

Es este momento en el que podemos aplicar las lecciones que nos dejó el pasado y en el que podemos sembrar las semillas de nuestro futuro.

Dejar pasar la vida aferrados al pasado o esperando el futuro en lugar de vivir el presente es tan absurdo como estar sentado frente a un manjar delicioso y, en vez de comer, pasar la tarde viendo la foto de lo que comiste la semana pasada o fantaseando acerca e lo que comerás mañana. Tal vez sea muy entretenido, pero te vas a quedar con hambre.

No me malinterpretes, no hay nada de malo en recordar el pasado o en planear para el futuro, lo malo es cuando nos aferramos a cualquiera de ellos para escapar del presente.

¿Cuantas veces, sin darte cuenta, te subes a la maquina del tiempo en vez de enfrentar el día? ¿No crees que es tiempo de empezar a vivir aquí y ahora?

Porque, a fin de cuentas, la vida es demasiado corta para vivirla con miedo.

¿No crees? 😉