Enfoca tu mente en seis pasos fáciles
A veces es un poco difícil sentarnos a meditar cuando no tenemos claro qué es exactamente lo que se supone que tratamos de hacer. He aquí una pequeña guía rápida que puedes tomar como base para enfocar tu mente y desarrollar la atención.
La idea es que en tu sesión de meditación puedas seguir la secuencia completa, pero si al principio sientes que te atoras en algún paso no te presiones, puedes regresar sobre tus pasos hasta que el proceso te sea más natural.
1- Limpia y prepara el espacio
Esto ocurre en dos niveles:
Físicamente el hecho de preparar tu espacio de meditación, alzar un poco, colocar tu cojín o silla, cerrar la puerta, apagar el teléfono, crea una transición en tu mente y la prepara para dedicarle toda su atención a lo que deseas analizar.
A nivel mental, una vez que te sientas a meditar trata de relajar tu cuerpo, detectando cualquier zona en donde haya tensión y liberándola conscientemente. Una vez que te sientas cómodo, simplemente lanza una pregunta al aire; «¿Cómo me siento en este momento de mi vida?»
Observa tus sentimientos y emociones al hacer esta pregunta, puedes repetirla varias veces y ver qué más surge en tu mente.
2- Nota la sensación
Elige uno de los problemas o situaciones que surgieron en tu mente y enfócate en él, sin involucrarte o juzgar, simplemente trata se observar la sensación general que te produce, aunque sea un poco abstracta.
3- Dale un nombre
¿Qué cualidades definen lo que sientes? Si pudieras asociar una palabra, una frase o hasta una imagen a lo que estás sintiendo, ¿cuál sería? Puede ser un adjetivo como tenso, pesado, estrecho… Puedes definirlo en una frase corta y concisa como ‘atrapado sin salida‘ o ‘perdido en el espacio‘. Incluso una imagen clara; un pájaro dentro de una jaula o un perrito asustado, pueden funcionar. Solo mantente atento hasta que sientas que has encontrado la definición correcta.
4- Rebótalo un poco
Como si jugaras con una pelota, haz que tu atención pase suavemente, una y otra vez, de la sensación al nombre. Observa que tan bien ‘cazan’ entre si, nota si hay algún cambio. Tal vez encuentres otra palabra que describa mejor la sensación, o tal vez notes más claramente lo que sientes. Continúa hasta que sientas que realmente lograste capturar la esencia de lo que sientes.
5- Pregunta
Usando el nombre de la sensación, trata de formularte a ti mismo una pregunta que explore el origen de lo que estás sintiendo respecto a la situación que estás analizando. Puede ser algo como; ‘¿Qué hace que esta situación se sienta tan (tensa, apretada, pesada, estrecha, etc.)?’ o ‘¿Porqué me siento (atrapado sin salida, perdido en el espacio, como pájaro enjaulado, como perrito asustado)?’
Seguramente surgirán muchas respuestas en tu mente, pero o importante es que no te quedes con la primera que encuentres. Lo importante en este paso es ser muy consciente de lo que tu cuerpo y tu mente sienten al respecto. Lanza la pregunta y siente las reacciones de tu cuerpo y tu mente, con un poco de paciencia y práctica podrás sentir un ligero cambio, una sensación de apertura como si algo se ‘destrabara’ en tu interior cuando te acercas a la respuesta.
6- Recibe abiertamente
En cuanto sientas ese pequeño cambio en tu interior recibe la sensación con total apertura, sin criticarla o juzgarla, simplemente descansa en ella.
Aún si sientes que nada cambió, toma en cuenta que estás tratando de mover una piedra muy grande y pesada que bloquea tu camino, no es de una sola patada que vas a quitarla de en medio. Solo a base de pequeños empujones constantes lograrás moverla. Recuerda que este es solo el primero de muchos pequeños empujones que tendrás que dar.
Lo más importante es que hayas logrado al menos tener un atisbo de la situación completa. Si continuas practicando de manera constante esto te ayudará a ampliar tu perspectiva al respecto y poco a poco notarás verdaderos cambios en tu mente.
OSOM!! gran guía 🙂
Con todo el ruido que tenemos en este mundo, a veces resulta difícil enfocarse.
Gracias por esta guía! Muy útil!